Implementar un Modelo de Gestión por Competencias es útil porque le entrega a las empresas un capital intelectual y relacional mejor seleccionado, motivado y evaluado, es decir, más competente o capaz de integrar todo lo que conoce para aplicar y proponer soluciones que contribuyan con el cumplimiento de los resultados estratégicos de su negocio.
Así mismo, es importante porque le permite a los gerentes y coordinadores, la toma de decisiones más confiables, oportunas y costo-efectivas sobre el capital humano de la empresa, contribuyendo a su crecimiento y rentabilidad y a la agregación de valor para sus socios. Finalmente, con la implementación del modelo de gestión por competencias e su negocio, también se contribuye con el cambio cultural esperado y con el mejoramiento del clima laboral.
Existen dos tipos de competencias: Competencias Core o Misionales “blandas”, y las Competencias Técnicas o de áreas “duras”. Para identificar y valorar todas las competencias se definen unos estándares mínimos y máximos por cada tipo de rol o cargo, y estos se evalúan con el modelo 90° (jefe a empleado) o 180° (jefe a empleado y empleado a jefe), preferiblemente, cada seis meses, o cada año, con el fin de mejorar desempeño, desarrollar carrera, definir planes de sucesión o prescindir de la actividad de un empleado jefe, que no contribuya con el buen ambiente laboral ni con los resultados del negocio.